A nivel institucional, después de que 2013 los principales accionistas de la entidad, el presidente Fernando Crespí y el empresario Bartomeu Cursach decidiesen dejar de apoyar económicamente el proyecto blanquiazul, el club entró en una crisis institucional y económica que desembocó en la intervención judicial del mismo. La crisis institucional que sufría el club, con la marcha de los principales inversores y la supervivencia del club en entredicho, obligaron a confeccionar un equipo modesto económicamente y para mantener la categoría; pero desde el principio se situó en los primeros lugares de la clasificación, e incluso fue líder en bastantes jornadas.